El capitalismo colonial y el comercio de esclavos
Pero es a partir de 1789, cuando la trata se convierte en una actividad libre en los territorios españoles, que el negocio de la esclavitud entra de lleno en el mercado español, principalmente en las ciudades de Cuba, en Buenos Aires, Cádiz, Barcelona y Santander. La importancia que tuvieron estos réditos económicos en la revolución industrial que acaeció en el norte y el levante español es más que significativa, representándose en inversiones posteriores en la industria, banca, navieras y compañías de seguros.
|
Josep Xifré
|
Amparados en la protección de la Corona Española una gran oleada de peninsulares llegados a las Antillas entre 1814 y 1833 hicieron fortuna con la trata o la explotación de esclavos en los ingenios cubanos, son los que luego serían llamados indianos. Entre ellos se cuentan muchos catalanes. Ya hemos hablado al principio de Josep Xifré, futuro presidente y fundador de la Caja de Ahorros de Barcelona (embrión de La Caixa), pero fueron muchos otros los que hicieron también fortuna con este lucrativo negocio.
|
Miquel Badia i Bunyol |
Miquel Biada i Bunyol, conocido por ser el principal promotor del primer ferrocarril peninsular: la línea
Barcelona Mataró (1848). Durante su estancia en Cuba su compañía, la
Biada y Cía. Se dedica a multitud de transacciones, entre ellas la trata de esclavos africanos, lo que proporciona una gran capital que después invertirá en ferrocarriles.
|
Joan Güell i Ferrer |
Desde la localidad tarraconense de Torredembarra surgieron dos grandes nombres de la economía catalana que cimentaron su riqueza en la trata de esclavos. Joan Güell i Ferrer se trasladó a La Habana en 1818 donde hizo una enorme fortuna en unos pocos años gracias a su habilidad para los negocios, principalmente la trata de esclavos. A su vuelta Barcelona fundó su propia empresa metalúrgica La Barcelonesa y promovió la creación de La Maquinista Marítima y Terrestre y la megafábrica del Vapor Vell en Sants. Su contribución al dinamismo económico catalán es innegable, fue también el fundador de la futura patronal catalana (Foment), pero sus oscuros inicios financieros en la isla una lacra que parece pudo salvar: la Gran Via de les Corts Catalanes de Barcelona lo recuerda con una gran estatua.
Otro vecino ilustre de Torredembarra, Esteve Gatell, también invirtió su gran fortuna amasada en el comercio de esclavos en el negocio del ferrocarril, además de otras muchas inversiones industriales, navieras y financieras.
|
Antonio López y López |
Al principio hablamos de Pablo Epalza, futuro fundador del Banco de Bilbao, pero no fue el único norteño que se adentró en el goloso mercado del comercio de esclavos. Antonio López y López, Marqués de Comillas, fue el fundador también del Banco Hispano Colonial, cimentó su fortuna como negrero y dueño de cuatro cafetales y cuatro ingenios que aprovechaba para vender sus dotaciones de esclavos.
|
Juan Manuel Manzanedo
|
Juan Manuel Manzanedo, natural de Santoña, cuyo pasada oscuro registró Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, llegó a Cuba como sirviente y acabó amasando una gran
fortuna como traficante que después reinvirtió en la promoción del prestigioso barrio de Salamanca en Madrid.
Desde el sur de España surgió otro hombre importante en el negocio negrero, el gaditano Manuel Pastor Fuentes, un coronel retirado que aprovecho su capacidad técnica y or |
Manuel Pastor Fuentes
|
ganizativa para impulsar el negocio de la trata de esclavos hasta sus más altas cotas de beneficios financieros y políticos. Se conoce que fue quién implanto la cuota pro cada negro introducido en la isla que después él mismo se encargaba de trasladar a la reina madre María Cristina de Borbón. Su hija, la reina Isabel II le nombraría senador vitalicio y otorgaría el título de conde de Bagaes.
Se calcula que los beneficios de la trata ilegal entre 1821 y 1867 ascendieron a 58 millones de dólares haciendo un cálculo sobre los 443.399 esclavos vendidos, pero se cree que esta cifra en realidad pudo rondar los 500.000 o 700.000, por lo que es probable que los beneficios se acercaran a los 100 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de reales en moneda peninsular). Y estas estimaciones no se incluye todo el negocio paralelo generado a su alrededor: navieras, astilleros, manufacturas, etc.