El capitalismo colonial y el comercio de esclavos
Pero es a partir de 1789, cuando la trata se convierte en una actividad libre en los territorios españoles, que el negocio de la esclavitud entra de lleno en el mercado español, principalmente en las ciudades de Cuba, en Buenos Aires, Cádiz, Barcelona y Santander. La importancia que tuvieron estos réditos económicos en la revolución industrial que acaeció en el norte y el levante español es más que significativa, representándose en inversiones posteriores en la industria, banca, navieras y compañías de seguros.
Josep Xifré |
Miquel Biada i Bunyol, conocido por ser el principal promotor del primer ferrocarril peninsular: la línea Barcelona Mataró (1848). Durante su estancia en Cuba su compañía, la Biada y Cía. Se dedica a multitud de transacciones, entre ellas la trata de esclavos africanos, lo que proporciona una gran capital que después invertirá en ferrocarriles.
Joan Güell i Ferrer |
Otro vecino ilustre de Torredembarra, Esteve Gatell, también invirtió su gran fortuna amasada en el comercio de esclavos en el negocio del ferrocarril, además de otras muchas inversiones industriales, navieras y financieras.
Antonio López y López |
Antonio López y López, Marqués de Comillas, fue el fundador también del Banco Hispano Colonial, cimentó su fortuna como negrero y dueño de cuatro cafetales y cuatro ingenios que aprovechaba para vender sus dotaciones de esclavos.
Juan Manuel Manzanedo |
Desde el sur de España surgió otro hombre importante en el negocio negrero, el gaditano Manuel Pastor Fuentes, un coronel retirado que aprovecho su capacidad técnica y or
ganizativa para impulsar el negocio de la trata de esclavos hasta sus más altas cotas de beneficios financieros y políticos. Se conoce que fue quién implanto la cuota pro cada negro introducido en la isla que después él mismo se encargaba de trasladar a la reina madre María Cristina de Borbón. Su hija, la reina Isabel II le nombraría senador vitalicio y otorgaría el título de conde de Bagaes.
Manuel Pastor Fuentes |
Se calcula que los beneficios de la trata ilegal entre 1821 y 1867 ascendieron a 58 millones de dólares haciendo un cálculo sobre los 443.399 esclavos vendidos, pero se cree que esta cifra en realidad pudo rondar los 500.000 o 700.000, por lo que es probable que los beneficios se acercaran a los 100 millones de dólares (cerca de 2.000 millones de reales en moneda peninsular). Y estas estimaciones no se incluye todo el negocio paralelo generado a su alrededor: navieras, astilleros, manufacturas, etc.
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